Al otro lado de la mentira
AL OTRO LADO DE LA MENTIRA
-Poeta Alexander Campos-
Ante la acepción planteada con todo el vigor-rigor que encierra la expresión, duda alguna no cabe que esta es una hipótesis que tiene múltiples puntos de partida o de llegada, de acuerdo como se pretenda plantear: desmentir o afirmar cada concepto para encontrar una alternativa que facilite proponer una respuesta congruente al enfoque filosófico, social, cultural, económico o antropológico que se busca dirimir o simplemente argumentar, allí está la clave que permite desentrampar las cerraduras que el mismo sistema monopólico ha diseñado para su
uso y beneficio, sin importar que las colectividades no puedan
acceder al mínimo privilegio de abrir las puertas de su desarrollo, al que por razones obvias se puede nombrar evolución natural de vida. Las leyes constituidas en lo que se llama “carta magna” en verdad no facilitan las posibilidades de conquistar un equilibrio social y menos económico, la escritura de cada artículo de la constitución política no pasa de ser eso... política..., o sea el real distanciamiento entre la letra y la práctica y no se necesita ser versado en el manejo de las leyes para reconocer que
“hecha la ley, hecha la trampa” o peor aún si es llanamente “letra
muerta”. Ante hechos tan denigrantes a la conciencia colectiva,
es que este ensayo de realismo social, como otros aportes literarios lo han planteado históricamente, esboza que mientras no se cambie el actuar indigno, vasallo, corrupto de los mal llamados “servidores públicos” el país continuará como barco a la deriva sin encontrar un puerto donde encallar, condenados a vivir al otro lado donde nos tienen arrinconados, amarrados, consumidos, en donde las posibilidades de escalar humanamente se tornan nulas porque el sistema político-económico instaurado está diseñado de tal forma que no deja que el común de los mortales trascienda en sus idearios naturales de éxito y legitimidad
de su existencia. Seguiremos tropezando como siempre con el falsario, tramposo y disonante discurso que tanto daño ha sembrado históricamente a las clases más desprotegidas del país. «Al Otro Lado
de la Mentira» propone evidenciar que allí en la otra orilla del pensamiento político puede encontrarse una verdad más cercana a la verdad verdadera, pero para lograr engendrar firmemente esta idea dentro de todos los estratos sociales es imperante comprometerse de fondo, con pleno conocimiento de las causales a las que hay que atacar o arrancar de raíz para resembrar una nueva ilusión-visión del país que anhelamos, del cual cada uno nos sintamos orgullosos de representar y de ser tratados con dignidad, como el ser humano que somos, como
pieza vital o parte activa de un nuevo modelo, menos instrumentalizado y más humano, sin dejar de lado las responsabilidades y compromisos, pero también exigir ser tratados con respeto, dignidad y protección, donde el nuevo orden económico y político, vea un ciudadano, no una estadística administrativa, sino un ser que goce de un privilegio garantizado de seguridad en su proyecto de vida; ser vistos más allá de la llanura, de la
aridez, de ser simplemente más que una insignificante mercancía o una boleta de cambio, gozar el mérito de aprender a saber quiénes somos, por
qué estamos en este mundo y cuáles son nuestros atributos y nuestros compromisos, nuestras garantías y nuestras responsabilidades. Sobre este esquema social, sobre de esta estructura política, sobre el degradante monopolio económico que ha envilecido sin conciencia alguna la vida y el honor de todos los que tenemos menos privilegios de educación, formación e instrucción adecuada o correcta en el camino de la vida. «Al Otro Lado de la Mentira» un manifiesto, un clamor, un
ensayo donde se exalta el valor humano y se pone en tela de juicio la indiscriminada e insensible actuación de las estructuras de poder del estado, amparadas y protegidas por la madeja de leyes primarias (decadentes/deprimentes) aplicadas en el país.