Reseña

Desde el vientre de su madre, Dios lo había elegido para ser Santo y profeta de los nuevos tiempos, en un país donde la violencia generalizada por las instituciones gubernamentales, era el diario vivir de nuestro país.

Su magisterio y apóstalo no fue fácil en un contexto donde se le apostaba a la lucha armada, sin embargo, su profunda convicción y fe, lo llevó por el camino correcto de su trabajo eclesiástico y esto lo puso a prueba con la entrega de su misma vida en el sacrificio del altar por amor a su pueblo.

Queremos presentarles a nuestros lectores este relato corto, donde tratamos de entender y analizar los sucesos a la luz de la verdad.

Hacemos un recorrido de la cruz y el calvario que tuvieron que pasar, no solo sacerdotes y su Pastor Monseñor y Santo Oscar Arnulfo Romero, sino el pueblo pobre y sacrificado de nuestro país.

Esperamos que con nuestro aporte a la literatura salvadoreña, vayamos encontrando una salida a la construcción de la paz tan ansiada y esperada por todos, después de la firma de los acuerdos de paz.

Convencidos que la construcción de una nueva sociedad se basa en el reconocimiento a la verdad y la justicia, seguiremos trabajando por llevar a nuestros estimados amigos este humilde pero importante trabajo, esperando poner en sus manos un texto que colabore a desarrollar una conciencia de paz, justicia y libertad.

Esta novela recorre los escenarios de la difícil situación que vivió el pueblo salvadoreño, con una breve incursión en los sucesos del 32, a través de una figura muy importante de ese trágico período como lo es Don Marcelino y el vía crucis diario que tuvo que recorrer el pueblo, junto a sus amados guías espirituales, quienes han quedado en la historia como verdaderos mártires de una Iglesia calumniada, perseguida y martirizada.

Porque no puede haber Memoria Histórica sin un pasado reflejado en nuestro presente, jamás será posible construir un futuro que nos llene no solo de esperanza sino de una vida digna, justa y solidaria para nuestra sociedad y el mundo.

Y porque nuestro anhelo más grande es la paz con justicia social.