Reseña

Si nos pusiéramos a pensar sobre el origen de nuestra estirpe, nos encontraríamos con una serie de interrogantes encerradas en nuestro pensamiento; y en algunos de estos casos podríamos preguntarnos ¿Cómo era antes el lugar donde nacimos?, ¿Cómo eran nuestros
tatarabuelos?, ¿Quiénes eran los padres de éstos? Y ¿Cómo pensaban ellos? En fin, una totalidad de preguntas, tal vez por conocer nuestro árbol genealógico o simplemente el indagar sobre los acontecimientos histórico-sociales que se suscitaron en ese momento.
Cualquiera que sea la inquietud sobre el pretender conocer sobre nuestra descendencia, dependerá en gran medida del grado de cultura, madurez y de los buenos principios que hayamos alcanzado como personas; ya que somos, cada quien, el resultado de un largo proceso de formación familiar y personal que incluye también lo académico, moral y dentro de este último, la consagración de valores como el amor, el respeto, la solidaridad y la tolerancia. Y es que estos son valores, que más que en la escuela, nos inculcaron nuestros padres dentro
del ámbito familiar, exigiéndonos el respeto hacia nuestros familiares; ejemplificándonos con las buenas costumbres, con las que ellos fueron creados, como lo demuestra el autor de este libro, cuando nos evoca al personaje de esta biografía Don José Ramos Hernández “Siempre
mantuvo la cercanía afectiva con la descendencia de sus hermanos y hermanas, estimulada por la afectividad característica de su personalidad…” o como lo recuerda una de sus hijas, Isabel Cristina: “De él recuerdo muchas cosas, entre ellas la responsabilidad con el trabajo y
con un hijo, siempre se preocupó porque tuviéramos lo necesario: casa, alimentación, salud y estudio “.