Una espiga dorada por el sol
El presente libro, busca mantener viva la memoria, entre los vivientes sobre la tierra, del amigo y servidor de Dios, Valentín Montoya. Una memoria entendida, no como algo del pasado; sino como un presente que se expande hasta el más allá, es decir, la vida eterna. Pues
como dice la Escritura: “Dios creó al hombre a imagen de su naturaleza, y para que fuera inmortal” . Esto se explica bajo la fe inquebrantable, que exprimen con certitud las palabras de Dios, por medio de su mensajero: “Los justos en cambio, viven para siempre, y su
recompensa está junto a él Señor” Bajo esta convicción de fe, Valentín Montoya, no está muerto, se durmió en el Señor y ahora vive con él eternamente. Por tanto, no se trata de narrar la historia de un muerto, sino de alguien que vive, junto a los elegidos de Dios. De ahí, que la vida que se narra en las páginas subsiguientes, pueda convertirse en un ejemplo y/o modelo, en nuestro caminar hacia Cristo. Es necesario aclarar, que los modelos no son puestos para imitarse. Están ahí, para que a la luz de su ejemplo, podamos encontrar nuestro propio camino, ya que los caminos para llegar a Dios, son múltiples según el Espíritu los inspira. Este documento está elaborado, con los aportes de la esposa y los hijos de Valentín Montoya, lo que da la certitud, de que los datos aquí presentados, son de primera mano y por tanto veraces. Es de aclarar, que este libro no recoge todas las acciones y palabras de Valentín, por lo que, este puede ser un buen camino, para seguir investigando sobre él y presentar nuevos documentos, sobre su vida en los años subsiguientes. Que Dios ilumine este camino. Concluyo elevando al cielo una oración, para agradecer a Dios por tan bellos momentos al lado de Papá y pedir su asistencia en cada momento y decisión que vaya a tomar la familia. Y humildemente suplico las oraciones de cada lector.