Reseña

Como toda poesía verdadera, la poesía de Stéphane Chaumet confirma que el sentido está también y esencialmente en la forma. En su poética se construye en torno a dos polos de significación, una pareja de contrarios que se excluyen a la vez que se fecundan. Al principio de la espiral creadora predomina una poesía del yo, que se ubica en el espacio interior, se manifiesta en el sexo, y se define
por la diferenciación. Hay un lenguaje quebrado, que no quiere fluir sino demorarnos, para que nos fijemos en los detalles. En la porción central de la trayectoria reina la poesía del otro, que se estable
en el exterior, se adquiere en la errancia, y se hace consciente de sí por la identificación. La fragmentación cede lugar a la danza de las palabras, y el poema alcanza un singular desarrollo.