Dictadura de ley
Maximiliano Hernández Martínez 1939
El general Maximiliano Hernández Martínez entró al salón de sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Aquel domingo 20 de
noviembre de 1938 estaba señalado para que los diputados tuvieran la primera sesión y salieran a los balcones a presenciar la manifestación organizada en favor del presidente y de la Asamblea. 1 Para decirlo en pocas palabras, la marcha quiso mostrar el apoyo a la continuidad del General en la presidencia, y fue una pieza más de la consagración
constitucional de la dictadura. Entonces, en aquella tarde novembrina, los actos festivos tenían el propósito de aplaudir a la Asamblea, como el órgano encargado de acordar el nombramiento solemne del General. Los dos eventos destacaron el apoyo de múltiples agrupaciones y, al mismo tiempo, ignoraron las demandas de espacio para la crítica. El
Estado de Sitio se mantuvo, dijeron los diputados, como una medida indispensable para el orden y la paz. Maximiliano Hernández Martínez tenía cincuenta y seis años de edad, diecinueve de ser general y siete
como presidente. Parecía estar en la cumbre de su trayectoria política; solo parecía; en las cuentas duras y maduras de la historia, se encontraba en el inicio de su declinación. La ANC lo proclamó presidente.