El SalvadorEl Salvador
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ISBN 978-99961-315-2-3

Cinco capturas 1962-1983
inclaudicable, la esperanza nunca muere

Autor:Acosta Díaz, Alfredo
Editorial:Editorial Escorpión
Materia:Literatura salvadoreña
Público objetivo:General
Publicado:2024-02-28
Número de edición:1
Número de páginas:234
Tamaño:18x22cm.
Precio:$20
Encuadernación:Tapa blanda o rústica
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Al día enfrentamos situaciones difíciles o fáciles, algunos prestamos atención, otras, pasamos de largo... En ese trajinar hallamos personas con una sensibilidad desbordante que no admite términos medios, pues no aceptan la injusticia, sobre todo cuando se violentan los derechos más elementales, y eso es lo que nos arranca estas líneas para hablar del libro testimonial Cinco Capturas, escrito por Alfredo Acosta Díaz.
Originario de Chachuapa, Santa Ana, de oficio carpintero, y de profesión Tenedor de libros, participó desde su niñez -sin medir consecuencias- en las luchas del pueblo, así como en sus reivindicaciones, forjó su carácter y fue testigo de los desmanes del régimen de Maximiliano Hernández Martínez (Dic. 1931-mayo 1944), al que contribuyó a derrocar tras una huelga de brazos caídos. Miembro reconocido dentro de las filas del Partido Comunista Salvadoreño, fue diputado por la Unión Democrática Nacionalista, para el periodo 72-74; así ha vivido en carne propia, los desmanes de gobiernos militares, lucha que le llevó a ser "huésped de honor" en las cárceles de los cuerpos militares, torturas y exilio que hoy, en 232 páginas, narra -sin tapujos- las torturas, torniquetes, capuchas... exilio al que fue sometido por no doblegarse a las barrabasadas del gobierno de turno. En Cinco capturas encontraremos nombres emblemáticos de personajes relacionados con las luchas del pueblo salvadoreño, hablamos de Enrique Álvarez, Salvador y Rafael Sandoval, Fabio Castillo Figueroa, Schafik Handal, Rafael Aguiñada Carranza, entre otros, de quienes tomó sus enseñanzas, puliéndose como el granito para legar a las nuevas generaciones ese temple de acero, para cerrar con broche de oro y cantar con la fuerza acunada el Himno a la Unidad.
Lo gratificante de toda una vida dedicada a luchar por las reivindicaciones del pueblo, de sufrir en carne propia los desmanes cometidos en las ergástulas del régimen para doblegarlo, es que pulió su carácter, y aunque cimbró las fibras más sensibles, dejó la experiencia, y con ello nos muestra que se mantuvo inclaudicable, pues sabedor estaba que la esperanza es lo último que muere.

Luis Antonio Chávez
Escritor y periodista

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