Reseña

Durante las últimas décadas, el istmo centroamericano sufrió
transformaciones sustantivas. Los Acuerdos de Paz en Nicaragua, El
Salvador y Guatemala fueron la culminación de un proceso de diálogo
entre los diversos actores involucrados, que se inició en la década
previa. Gracias a estos, se dejó atrás la violencia de la lucha armada
para dar paso a la disputa por el poder en la arena política (Torres,
1994). Si pudiéramos regresar a esa coyuntura histórica y, desde
la experiencia vivida, podríamos preguntarnos por el futuro, que es
hoy presente, ¿Habríamos podido, en alguna forma, advertir dónde
se encontrarían nuestras sociedades en la actualidad? Creo que la
respuesta es negativa. Al inicio de los años noventa, Francis Fukuyama
anunciaba el fin de la historia, lo cual equivale a un espacio temporal
dominado por un presente eterno, donde no puede advertirse un
horizonte futuro. Desde su óptica, tras la caída del socialismo de
Estado en Europa de Este y la extinta Unión Soviética, el liberalismo
y el mercado se convertirían en amos del mundo (Fukuyama, 1992).
Como lo exploraremos adelante, sin porvenir, el estudio y la reflexión
sobre el pasado pierde sentido.