Reseña

A través de un enfoque pospositivista, la presente disquisición está orientada en un proceso metodológico documental, analítico y descriptivo, relacionado con la disciplina del Trabajo Social y su rol como mediador en las conductas de las personas, ante la incompatibilidad de caracteres que generan situaciones de conflictos en las relaciones
interpersonales de los individuos, que debido a las discrepancias no logran llegar a acuerdos satisfactorios de ganar – ganar. La mediación como modelo de intervención es una técnica social exitosa, donde el mediador debe proveer un ambiente de comunicación entre las partes, impedir que la situación se salga de control, ofrecer una serie de alternativas y principalmente, contribuir con una perspectiva a futuro de todas
las decisiones que se adopten en la mediación. La profesión de Trabajo Social direcciona su acción en la intervención hacia los individuos, familias, grupos y comunidades, que le permita dar respuesta a sus necesidades específicas. En este sentido, la función mediadora del profesional de Trabajo social radica en una acción imparcial, la cual tiene como fin facilitar la comunicación de las partes en conflicto, posibilitando de esta manera la resolución del mismo. Esta profesión promueve el cambio social, que unida a la mediación se caracterizan por ser un binomio impostergable en la resolución de controversias. Por tanto, la mediación otorga una voz a las partes en disputa, permitiéndole hablar y ser reconocidas por el otro, a fin de resolver las controversias acontecidas en cualquier situación presente que afecte su bienestar tanto físico como emocional, siendo el Trabajador Social quién encamina la resolución de conflictos a solicitud de los actores involucrados, de manera amistosa, con la técnica de negociación y resolución de conflictos, escucha activa, dialogicidad, entre otras; a fin de disminuir el elevado crecimiento del andamio antagónico de las pugnas que generan el desacuerdo ante los hechos acontecidos.