Reseña

Esas historias cantadas tienen sabor a ganas de llorar. Se quedaron para siempre con muchos de nosotros. Las guardo en la carpeta de emergencia bajo la pestaña “Para cuando todo se pudre”, porque “dicen que viajando se fortalece el corazón, pues andar nuevos caminos te hace olvidar el anterior”. Juntar la memoria es un poco continuar la vida, resistir a la estandarización de los afectos y a lo que la norma mercantil considera estético, y sobre todo es una razón para celebrar.
(Liza Onofre, comunicadora)
De ocupación publicista y locutor, con estudios inconclusos de Zootecnia, Carlos Bautista vio transcurrir su vida entre los estímulos de la música y los libros, desarrollando un gusto y cierta habilidad para comunicar ideas, historias y vivencias, para construir imágenes que hicieran sentido. Le tomó seis décadas y centavos encarar el postergado proyecto que ahora tienen en sus manos, pese a estímulos y sugerencias de amistades y familia. Por fin dejó de procrastinar y entendió lo que todo hombre debe hacer como legado: Plantar un hijo, escribir un árbol y sembrar un libro