Reseña

Algunos libros se leen. Otros se viven. Este es de los segundos.
Conozco a Ana María Granados desde hace décadas. He visto de cerca
su caminar, sus luchas, su fe a prueba, su rendición constante ante Jesús.
Doy fe que ella no escribe desde una torre de marfil ni desde la comodidad de un escritorio con vista al mar. Escribe —en este caso— desde un confinamiento doble: el físico de una pandemia que la sorprendió en los Balcanes, y el espiritual de una noche oscura que Dios transformó en un amanecer interior. Lo que tienes en tus manos no es solo un devocional ni una reflexión bíblica más. Es un cuaderno de viaje espiritual, una bitácora forjada en lágrimas y cimentada en esperanza. Cada página es una invitación a mirar la vida desde una óptica más alta, a escuchar a Dios en medio del ruido de la crisis, a encontrar gozo donde pareciera ser imposible hallarlo y a redescubrir la belleza de una rendición total. Mi esposa –Patty– y yo guardamos una profunda admiración por Ana María. La vimos atravesar con amor y gozo la prueba de aquel tumor en la lengua que ella menciona en las primeras páginas del libro. Siendo una oradora y maestra excepcional debo confesarte que temimos con ella. Oramos con ella. Y fuimos testigos de cómo Jesús salió triunfante en su vida, no solo en la sanidad, sino en la paz y el propósito con que enfrentó la incertidumbre. Este libro nace de Filipenses, pero no se queda allí. La autora toma la carta de Pablo —escrita desde la cárcel— y la entrelaza con la propia prisión emocional, física y espiritual que vivimos muchos en estos tiempos difíciles. No hay teorías aquí. Hay experiencia. Hay verdad. Hay consuelo. Hay corrección también. Hay vida. Hay Cristo en cada línea. Si estás buscando un mensaje que te recuerde que no todo está perdido, que aún hay propósito en medio del caos, y que la alegría no es un privilegio de los que tienen todo en orden, sino una decisión diaria sustentada por la fe, has abierto el libro correcto. Tómate el tiempo debido para sorber cada palabra de la manera correcta, sin presuposiciones ni prisas. Responde con toda la honestidad del alma a las preguntas al final de cada capítulo y decídete a crecer, de manera que puedas acercarte a experimentar un poco más la vida de gozo y amor... incluso si estás atravesando tiempos difíciles.
Julio Contreras Pastor y compañero de ruta, San Salvador, 2025