Reseña

El Tomo III DEL FUEGO A LA PAZ (Memoria, reconciliación y legado).

A parr de la ofensiva de noviembre de 1989 y del posterior proceso de diálogo y negociación, este tomo aborda el dicil tránsito hacia la paz, las transformaciones de la instución armada y la búsqueda de reconciliación nacional. Asimismo, se estudian de forma críca los acuerdos de paz firmados en 1992, frecuentemente cuesonados y denominados por algunos sectores como “mal llamados Acuerdos de Paz”. Si bien pusieron fin al enfrentamiento bélico, dejaron abiertos numerosos interrogantes sobre su capacidad para resolver los problemas estructurales que habían dado origen a la guerra. La persistencia de desigualdades, tensiones polícas y desaos instucionales plantea la necesidad de reflexionar crícamente sobre su impacto real en la construcción de una paz duradera y en la consolidación del Estado democráco salvadoreño.
En estas páginas hay análisis, documentos, tesmonios y, sobre todo, verdad. Verdad entendida no como imposición, sino como construcción colecva, fruto de la observación directa, la experiencia profesional y el compromiso con la patria. El lenguaje es sobrio, el juicio es medido, y la intención es pedagógica: que las nuevas generaciones comprendan qué nos llevó a la guerra, cómo se vivió y qué debemos hacer para que nunca más vuelva a reperse. Este libro también es un tributo. A los caídos en combate, a los heridos y discapacitados, a los que regresaron a casa con las cicatrices visibles e invisibles del deber cumplido. A ellos, cuyo sacrificio sigue siendo la raíz de muchas páginas no escritas, dedico estas líneas. Porque los muertos, como dije alguna vez, “han vuelto a mí”; y mientras su recuerdo siga vivo, también lo estará su legado. La historia de El Salvador no puede ser contada sin la voz de sus soldados.
Y este libro, más que una obra personal, pretende ser un acto de justicia histórica: un aporte a la verdad, a la reconciliación y a la dignidad de todos los que un día sirvieron bajo la bandera azul y blanco. Que estas páginas sirvan a las futuras generaciones como un recordatorio de lo que costó construir la paz, y como una advertencia de lo que ocurre cuando el diálogo se sustituye por las armas. La guerra es el fracaso de la políca, pero también la prueba del coraje de quienes obedecen al deber sin esperar recompensa. En la úlma trinchera - la de la memoria -, la pluma reemplaza al fusil, pero la misión es la misma: defender la verdad, honrar a los caídos y mantener viva la conciencia nacional.