Un sueño junto al río
No existe ser sobre este planeta que tenga mayores capacidades que el ser humano, no sólo en inteligencia sino también en creatividad y habilidades para modificar el medio en que vive. Si esto lo hace con unos fundamentos humanos y visionarios seguro esos cambios operaran en beneficio suyo y de sus congéneres; pero si, por el contrario, esos frutos no se reflejan en la vida práctica de las sociedades, es muestra de que ni ha aplicado su inteligencia, ni se ha esforzado para descubrir esa fuerza de voluntad generadora y conductora de todos esos cambios que benefician la vida en general. En esta breve historia se reflejan a través de los personajes una serie de eventos que construyen una visión social perfecta, y a la vez, se pone de manifiesto el contraste de cómo puede llegar a ser la vida humana llena de limitaciones en una sociedad sin ideas clara y visionarias. Cuando hablamos de “eventos” nos referimos a esos temas que, a nuestro modo de ver, se convierten en el núcleo de las insatisfacciones de muchas sociedades, es decir: la falta de oportunidades en todas las áreas de la vida, las emociones humanas como factores biológicos integradores o desintegradores de todas las relaciones de la convivencia, la naturaleza de las instituciones que dan forma a las estructuras sociales donde los ciudadanos regulan sus relaciones, el
legado de los pioneros de las bases, fuertes o débiles, de las sociedades donde las grandes poblaciones viven. Además, el sueño humano como un proceso que revela un reclamo social, entendido no sólo como un evento onírico sino como un arte de la mente que no sólo toma imágenes de su mundo circundante, sino también crea otras nuevas para proyectar una realidad al mundo exterior. Son los procesos mentales de quienes guían a las sociedades, incapaces de interpretar la vida en general, y en especial al ser humano, arrastrándolo a condiciones limitadas dentro de su mundo problemático. En esta historia, un personaje concibe a dos ciudades en un sueño: una que lo ata a la realidad en que vive, descuidada en todas sus áreas, y la otra, perfectamente diseñada por sabios fundadores que le ofrecen al ser humano el más acogedor lugar para el desarrollo de la vida en general, haciendo que quienes
viven ahí logren una perfecta armonía entre su ser, su cuerpo, -como elemento conductor de las acciones humanas- y su medio natural. Los personajes carecen de nombres, por lo que, los lectores, si así lo desean, están en libertad de designarles la identidad que quieran a través de su imaginación.