Liderazgo
desarrollando su capacidad para influir
Es frecuente en muchas organizaciones, que quienes asumen posiciones de dirección, tienen una historia graciosa: se acercó el jefe y dijo, “ahora tú eres el jefe”; y en muchos casos nadie contribuyó en su proceso de formación para hacer lo que realmente le estaban encomendando: “INFLUIR EN LAS PERSONAS PARA QUE HAGAN LO QUE SE ESPERA QUE HAGAN”. Se sabe que en las organizaciones modernas se impone en la persona que dirige la necesidad de actuar con mística y orientación a resultados. Requiere poner en acción el talento que permita desarrollar la capacidad para influir, a fin que los dirigidos realicen adecuadamente su cometido. ¿Cómo desarrollar un proceso que les facilite a los jefes, gerentes o directores en general desarrollar las competencias necesarias para que sus colaboradores se entusiasmen en el logro de los objetivos que la alta dirección ha definido? Muchos autores han propuesto diversos mecanismos, métodos o modelos que ofrecen llevar a las organizaciones hacia niveles altos de efectividad y obtener la tan ansiada rentabilidad con los márgenes que sus directores esperan; todos estos modelos tienen, por sí mismo grandes virtudes; y la mayoría sostiene que el éxito en su ejecución depende del desarrollo de personas consideradas estratégicas.