El día que el cortés dejó de florecer
Esta historia está contada por voces líricas femeninas: cuatro primas hermanas que se encuentran cíclicamente alrededor de mecedoras en terrazas de Nicaragua, y en particular en la terraza de Consuelo. Como testigo de la historia, un árbol de cortés amarillo. Un árbol que enreda sus ramas hasta el árbol genealógico de estas cuatro mujeres. El relato de la memoria, de las vivencias de infancia revelan sus melancolías y cómo nuevamente la violencia, cuarenta años después, hace que se marchiten las flores de aquel árbol, cuya luz resplandece en el recuerdo y germina de otra manera.