Reseña

Enseñar de los libros de la Biblia versículo a versículo es una pasión. Para mí comenzó junto a mi ministerio en la ciudad de Santa Ana, en 1980. Me estrené con Romanos y al finalizar pasé a otro libro y así sucesivamente hasta completar el Nuevo Testamento. Luego, lo volví
a comenzar. Al presente no tengo registro de cuántas veces he completado el periplo. También he completado enseñanzas de algunos libros del Antiguo Testamento como Génesis, Éxodo, Salmos y Daniel. Parece que el formato tuvo aceptación, pues, con el paso de los años, cada vez se hicieron más frecuentes las solicitudes de varias personas
que deseaban que escribiera un comentario de los libros de la Biblia siguiendo ese formato de enseñanza. Siempre les expliqué que un comentario es una obra erudita cuya elaboración está más allá de mis competencias. Pero esas personas, más por amor, me insistieron en que, para ellos, sí era útil un trabajo que siguiera este método de enseñanza.
La mención del hecho de que para ellos sería de utilidad fue lo que finalmente me movió a hacerlo. No considero el presente libro un comentario de la Primera Carta a los Tesalonicenses. Le hace falta mucho Prefacio para llegar a eso. Son más bien enseñanzas pastorales que fueron impartidas con el propósito de instruir al pueblo
de Dios. El libro no intenta duplicar los comentarios estándar y más técnicos, sino que los complementa con un énfasis en las aplicaciones prácticas del texto. Esta característica es buena porque lo hace adecuado no solo para predicadores y estudiantes de Teología sino para
todo creyente interesado en crecer en la gracia de Dios. El estilo es accesible; los detalles técnicos y del idioma original se han reducido a lo esencial.