Reseña

Esta investigación, realizada para la Educación Superior examina, en primer lugar, cuáles están siendo los impactos inmediatos de la pandemia tanto para los distintos actores como para las instituciones y el sistema en su conjunto. Algunos de estos, que parecen menos evidentes a simple vista son, desafortunadamente importantes y
aflorarán a medio y largo plazo. En segundo lugar, se revisa qué acciones han emprendido las universidades para garantizar el derecho a la educación, tomando en consideración diversos escenarios, se formulan algunas consideraciones y recomendaciones para encarar la reapertura, momento para el cual es importante prepararse cuanto antes.
Los cierres, como medida para contener la pandemia de Covid-19, han llevado a un despliegue acelerado de soluciones de educación a distancia para asegurar la continuidad pedagógica. Los obstáculos son múltiples, desde la baja conectividad y la falta de contenido en línea alineado con los planes de estudio nacionales hasta un profesorado no preparado para esta "nueva normalidad". El uso intensivo de todo tipo de plataformas y recursos tecnológicos para garantizar la
continuidad del aprendizaje es el experimento más audaz en materia de tecnología educativa, aunque inesperado y no planificado, los cuales se deben evaluar los resultados, aprender mejor sobre aquello que ha funcionado y por qué, y utilizar las lecciones aprendidas para reforzar la inclusión, la innovación y la cooperación en la enseñanza superior.
Por tanto, en esta investigación se destacan las repercusiones inmediatas, en particular en los estudiantes más vulnerables, pues, aunque no son visibles de inmediato, esos efectos en la equidad y la calidad son importantes y saldrán a la luz a mediano y largo plazo. Se han examinado las medidas adoptadas para garantizar el derecho a la
enseñanza superior durante la pandemia. Se considera además varios escenarios didácticos para la próxima década. Ante lo expuesto, la crisis actual es un llamamiento para que las universidades estén a la vanguardia de las transformaciones necesarias para volver a construir sobre cimientos más resistentes y cooperativos. Esto debe traducirse en apoyo entre instituciones para que defiendan la investigación, la innovación, enfoques transdisciplinarios para abordar la complejidad, los desafíos en torno a la enseñanza, el aprendizaje, la evaluación y un mayor intercambio de conocimientos para perfilar las soluciones inclusivas de aprendizajes a distancia. De tal manera, que ningún estudiante debe ser dejado atrás por esta crisis y defiendan este principio, traduciéndolo en acciones significativas. Se afirma que las instituciones de educación superior albergan el talento y la creatividad que el mundo necesita para construir un futuro más inclusivo, resistente y sostenible con la mirada puesta en el futuro, partiendo de los derechos humanos y de la responsabilización social. Los análisis y recomendaciones contenidos en el informe están destinados
principalmente a los encargados de la formulación de políticas, tanto a nivel sistémico como institucional, para que informen su toma de decisiones a corto, mediano y largo plazo sobre la continuidad y la recuperación de la calidad educativa.