Cruz en los sepulcros
Aquí donde vivo cada día es prohibido vivir y la brizna es suficiente para que olvidemos sueños excitantes de locuras y esperanzas.
Tiro piedrecillas al horno, me lanzo del petate, cuna o hamaca, y agarro del palo de guarumo la cebadera y me voy hacia la llanura donde el maizal, nísperos, maicillo y bálsamo esperan mis labios risueños, llenos de vida y misterio.