Él
Si existiera un manual para entender a los hombres, probablemente, sus páginas estarían en blanco o, en el mejor de los casos, sería este libro en el cual Georgina Vanegas escribe: «debía ser repartido entre mujeres, de hermana a hermana, en franca comunión». Y es que cuando uno se topa con ese objeto del afecto quisiera entenderlo todo, saberlo todo antes de que suceda nada. Y, sin embargo, como dice José Alfredo
Jiménez: «Siempre caemos en los mismos errores». Esta serie de relatos va dibujando una relación que nos es conocida y, a su vez, nos es nueva; sus palabras nos hacen viajar a un mundo onírico, a uno de recuerdos en el que se confunde la fantasía con la realidad, la vigilia con los sueños. Es cosa de descubrir la metáfora y despegarnos de la literalidad
que, a veces, es demoledora: «Él [coloque aquí el nombre de su él en turno] era un desgraciado. [...] Y yo lo quería, pero también lo odiaba un poquito por eso».
Victoria García Jolly