El SalvadorEl Salvador
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ISBN 978-99961-2-608-6

El puntero apuntado con apuntes breves
primer libro salvadoreño impreso en la primera imprenta hecha con madera

Autor:Rodríguez de Herrera, Blanca Irma
Editorial:Rodríguez de Herrera, Blanca Irma
Materia:Tintes y pigmentos
Público objetivo:General
Publicado:2022-06-30
Número de edición:1
Número de páginas:0
Tamaño:1.48Mb
Precio:$10
Soporte:Digital
Formato:Pdf (.pdf)
Idioma:Español

Reseña

El presente trabajo, fruto del esfuerzo, de la Lic. Blanca Irma Rodríguez, tiene un valor muy significativo, no solo para el conocimiento
histórico del tema, sino también para un posible desarrollo industrial. En lo histórico investiga las vertientes del asunto, que guardan íntima
relación; estos son: uno, el desarrollo de la industria añilera en la zona de Texistepeque, departamento de Santa Ana; la otra, despejar
la incógnita sobre el lugar en donde el fraile Franciscano Juan de Dios del Cid construyó la prensa en la que imprimió el folleto El Puntero
apuntado con apuntes breves, que trata sobre la fabricación de la tinta añil. La Lic. Rodríguez, sostiene en su trabajo que la prensa fue hecha en la población de Texistepeque, el año de 1641, cuando el fraile desempeñaba el cargo de cura doctrinero en la población;
mientras, historiadores y escritores que han tratado el tema, sostienen que fue en el convento de San Francisco en San Salvador. Como la
autora, en sus investigaciones, ha encontrado indicios que sustentan su argumento, los expone textualmente, recurriendo a la tradición oral, que es aceptada como fuente histórica. En el caso que nos ocupa, entendemos por tradición oral todo lo hecho que pasa oralmente
de un individuo a otro de generación en generación. El término viene del griego trade que significa entrega de uno al otro. “La tradición es
la sustancia de la historia” dice el célebre escritor español, Dn. Miguel de Unamuno. Hay constancia documental que afirma, como se presenta en el trabajo, que Juan de Dios del Cid ocupó el cargo de cura doctrinero en
Texistepeque ¿porqué no pudo construir allí la prensa, e imprimir el Puntero? Está el asunto dentro de las posibilidades. En este caso sólo la investigación puede aclararnos la incógnita. Esto es lo que ha iniciado la Lic. Rodríguez. Es cierto que, la personalidad de Juan de Dios del Cid y su obra, la prensa y El Puntero apuntado con apuntes breves, están circundados de luces y sombras. Lo claro está, en el hecho cierto que existió el fraile franciscano y su creación física e intelectual; Este es un punto básico de partida, para todo estudio que se realice sobre el tema.
En esto radica la importancia del trabajo realizado por la Lic. Rodríguez, aclarar en toda su magnitud un hecho histórico de mucho valor para nuestro país; pues lo coloca en el envidiable puesto de ser el primero en América donde se construyó una prensa y se imprimió una obra.
El trabajo incluye datos: nombres, países de América Latina, fechas relativas al desarrollo de la introducción y desarrollo de la imprenta en
nuestros países, datos importantes para nuestro acerbo cultural.
Los numerosos viajes por América y Europa han llevado a la autora, hasta la república de Chile y allí a su Biblioteca Nacional, en donde conservan, en la Sala “Toribio Medina” encerrado en una
caja, y con cuidados especiales, un ejemplar del Puntero apuntado con apuntes breves, que ella afirma, tuvo en sus manos, como una especial
deferencia, pues estiman tanto el impreso que a nadie lo prestan. Esto contrasta con la actitud nuestra, que siendo el autor y su obra
salvadoreños, en nuestro desinterés por hechos históricos tan significativos, no se le ha dado importancia a ese hecho, que en otros países si aprecian. Si esta obra logra revertir esa actitud, y despierta
el interés en ese hecho histórico, nuestra cultura habrá ganado mucho en prestigio. En lo pertinente al desarrollo industrial, que puede
traer el cultivo del jiquilite, es posible, en cuanto que es base para un bello y natural color azul. En tiempo de la colonia el cultivo y procesamiento del jiquilite se desarrolló al máximo y constituyó
la base de la riqueza colonial. El cultivo decayó con la invención de colorantes sintéticos, y no se pensó, hasta en la actualidad, que el jiquilite está allí, pródigo en nuestro medio natural, y que su producto el tinte añil puede utilizarse en la producción de artículos relacionados con los colores, y en otras que habrá de investigarse.
Lic. Luis Melara del Cid.

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