Maestras y maestros legendarios de El Salvador graduados de la Escuela Normal Urbana de Santa Elena
La vida nos ofrece a todos, muchas oportunidades para desarrollarnos; la diferencia la hacen aquellos que aprovechan esas oportunidades al máximo, para atesorar un cúmulo de valores y virtudes, que los dedican a la formación de las personas para construir un mundo fraterno
y más humano. La diferencia la hacen aquellos maestros que convierten la escuela en un nido de amor, donde los niños aprenden de sus maestros, los maestros de los niños, y todos de Dios.
Los maestros somos o debemos ser los indicados para el servicio de los demás; los que servimos de brújula que indica el rumbo que lleva la embarcación, porque la vida, Dios o el destino nos han dado el don de ser. Y como al que más se le da más se le exige, la misma vocación, la conciencia, la patria y Dios, nos exigen entregarnos en cuerpo y alma al servicio de aquellos que necesitan una luz en su camino. Los maestros no estamos para renegar por la oscuridad existente: Debemos encender una luz para liberar a los pueblos de las tinieblas Debemos educar para la libertad, no debemos reducir nuestra gloriosa labor, a instruir en la
parte académica o científica; lo nuestro no es un empleo, es una misión, la misión de educar y formar personalidades y caracteres; en ese sentido nadie puede educar si no es educado. Nuestra misión nos exige ser una luz, ser un faro luminoso que allane el sendero de los que,
tarde o temprano, nos sustituirán en las funciones activas de la vida social; o que debe ser suficiente motivo para educar con el ejemplo. Carlos Cuauhtémoc opina que, según la ley de la ejemplaridad, los educandos se forman en un 90% de los ejemplos de sus mayores; y
en un 10% de las lecciones en la escuela. También dice el mismo autor, que el maestro “explica lo que sabe, pero enseña lo que es".
Entonces estamos conscientes que educar es más difícil que enseñar. Para enseñar es preciso saber, para educar, es preciso ser. Lo que significa que los maestros debemos enriquecernos de todas las virtudes y ser dueños de todos los valores positivos, a fin de que seamos heroicos
ejemplares de carácter. Muchos maestros nos hemos formado superando numerosos obstáculos, que apoyados de mucha fuerza de voluntad y vocación hemos salido adelante en esta noble profesión; dicha vocación, nos ha dado las energías para luchar con ímpetu, teniendo presente que el triunfo en la vida no depende tanto de lo que se hace, si no de los obstáculos que hayamos tenido que vencer en nuestro accionar laboral y personal. La misión del maestro y la maestra no es nada fácil; es difícil porque de alguna manera se
contribuye grandemente en la transformación de la sociedad en que vivimos; y en la calidad de esa sociedad, se refleja la calidad de los maestros que la forman Los maestros hemos seleccionado la profesión más complicada; el camino sinuoso para alcanzar el éxito; pero estamos conscientes que el éxito no se da en línea recta. Personalmente me siento honrado y agradecido de la comisión organizadora de la
nominación de “Maestros Legendarios de El Salvador graduados de la Escuela Normal Urbana de Santa Elena”, por haberme designado para escribir este prólogo. Oportunidad que aprovecho para dirigirme a tan distinguidos maestros para felicitarlos, por engrosar ese puñado de hombres y mujeres, quienes, por haber explorado las ciudades y los campos, sembrando la semilla fructífera del saber, han sido seleccionados para recibir en el marco de la celebración del “Día Mundial de los Docentes” instaurado por la UNESCO en el año 1994, este valioso galardón. Es bueno reconocer públicamente el esfuerzo, abnegación, empeño y dedicación de los maestros por ser forjadores de generaciones y porque, en gran parte, es responsable
de contribuir fuertemente del curso que lleva la sociedad.
Una vez más, mis felicitaciones a los compañeros maestros y maestras que este memorable 5 de octubre de 2022 reciben este reconocimiento público, de parte del Concejo Municipal de Santa Elena, que no dudo, les servirá como un estímulo para seguir en pie de lucha, haciendo patria desde el legado que supieron construir y dejar durante su recorrido por las aulas escolares y actualmente con las manifestaciones de sus intachables actitudes en las comunidades donde residen.
¡HONOR A QUIEN HONOR MERECE! Prof. Alfredo Joya Castillo
Maestro Legendario de El Salvador - 2017