Sagrada imperfección
compendio de reflexiones sobre la vida
Con frecuencia he recorrido mis recuerdos cuando he tenido la dicha de leer a mi entrañable y buen amigo Christian, ahora en la distancia que nos impone la realidad global. Recuerdo que, frente a una taza de café, Christian me invitaba a escuchar uno o más de sus escritos. Sacaba
su libro de notas y leía, como haciendo eco de sus pensamientos que, según presencié, los escribía como quien tiene la urgencia de expresarse frente al mundo que le cuestiona, y para invitarnos, como es su vocación, a considerar esas preguntas circunstanciales. Su decantada pasión por poner por escrito su argumentación frente a la injusticia, o ante la justicia cuando bien lo merece, es un estímulo para no perder de vista que la humanidad se mueve en un contexto particular que merece reflexión y acción; por lo que, quien se adentre en las páginas de este libro, se encontrará —irremediablemente—, en confrontación con su
realidad y su ser, no para lidiar una pugna infructuosa, sino para sostener un diálogo prolongado y abierto que nuestro apreciado escritor propone en su quehacer filosófico para la vida diaria. Me parece que este recurso bibliográfico nos propone eso mismo precisamente, filosofar. Es decir, preguntarnos por el cómo hacer de este mundo caótico, uno diferente; hermanado y habitable. Además, es un libro que no deja de lado a quien ha dejado de creer, o sea, esa persona que ha llegado a concluir, desde el hartazgo, que no hay remedio casero posible que reanime a esta sociedad en constante recaída. Siendo así, uno de los objetivos de este libro, percibido desde mi rincón, es que la propuesta de filosofar pasa por la necesidad de una fe profunda en que detrás del ensayo de preguntas, vienen las posibles respuestas. Es decir, hay
esperanza para quienes desde lo habitual presenciamos las absurdas desigualdades de nuestro mundo. Siendo así, nuestro querido autor no nos presenta un recurso conclusivo ni concluyente, sino, una guía para el camino; una propuesta a considerar; una filosofía contextual. Por esto mismo, quien sostiene este libro encontrará en cada línea un pensamiento bien trabajado, precisamente, desde la experiencia de alguien que se ha adentrado en el árido terreno del saber, y lo ha expresado desde la arada sensibilidad pedagógica de un buen maestro.
Fabio Salguero Fagoaga