El ocaso de otro amanecer
Waldemar Urquiza presenta una nueva obra que encaja por igual en los subgéneros de la novela, queriendo sumergir al lector en un drama de amor delirante que se fragua en la convulsa situación social de El Salvador en la segunda mitad del siglo XX. Se trata de una pareja de jóvenes que crecen en ambientes rurales del oriente del país, cuyos
esquemas mentales y culturales propios de la época condicionan en extremo su vida amorosa. Pero, el idilio vivido en solitario y en silencio por cada uno de ellos, alimentado por las pequeñas señales de atracción mutua, los sumerge en una especie de lucha interna animada por la esperanza de corresponderse algún día, ilusión que no hace más que alargar el sufrimiento. El periplo amoroso de ambos es casi un reflejo del dramático desenlace que tuvieron los ideales que se empeñaron en la confrontación armada; por el hecho de que, en ambos, los sueños que
despertaron la esperanza de que al final resultase algo maravilloso no se correspondió con la realidad, como si el día tan pronto vislumbró el amanecer encontrara el ocaso. En fin, el interés del autor por mostrar los detalles de lo que vive cada uno de los dos enamorados y las circunstancias que van imposibilitando que se realice el encuentro
sosegado y plácido que permita consumar el amor que se profesan, le lleva a hacer un examen frío y pormenorizado de la realidad del país, poniendo el foco de atención en la efervescencia política de la década de los setenta y en la confrontación armada de los ochenta. Refiriendo las cosas como un narrador omnisciente bien informado que emite sus valoraciones críticas desde la experiencia de la sociedad civil, sin tomar partido ni del lado de la derecha ni de la izquierda, procurando la mayor objetividad posible, concluyendo tristemente que la guerra no hizo más que terminar de resquebrajar la sociedad y que los pocos y limitados logros obtenidos pudieron haberse alcanzado sin ella.