Reseña

El propósito de este libro no es simplemente abordar la temática de la educación en un contexto tan particular como el salvadoreño, más bien, pretende explorar una nueva línea de investigación que puede aportar muy positivamente a la calidad educativa, con repercusiones directas en la justicia social. Así, conocer cómo la eficacia escolar puede contribuir a mejorar la vida de las personas y de los futuros ciudadanos es un aliciente para desarrollar un trabajo desde una perspectiva tan particular como la salvadoreña. En realidad, las orientaciones de este trabajo no pretenden crear escepticismo o nostalgia sobre la supuesta eficacia de la escuela de antaño, con sus múltiples características discriminatorias y excluyentes que, cristalizaban las diferencias culturales y fomentaban un aprendizaje diferenciador para cada una de las clases sociales. Evidentemente, no podemos negar la idea que la escuela de antaño mostraba algún tipo de eficacia, pero claro está no lo hacía con la calidad para todos los pupilos, lo que significaba que en muchas ocasiones era una institución que establecía las barreras. En tal sentido, y como una señal de comparación para hacer las respectivas valoraciones consideramos oportuno embarcarnos en este trabajo de investigación. Así, pretende este material apoyar al especialista en educación, pero también al estudiante de magisterio y, por qué no, a los docentes en activo, de una forma u otra el interés es para que todos puedan beneficiarse de una lectura que les conduzca a identificarse y formarse el hábito de la eficacia. Pero, sobre todo, una de las principales motivaciones para realizar un trabajo de este tipo es concientizar a los lectores sobre la necesidad que los estudiantes reciban la mejor educación, el mejor compromiso del docente y del director, esto se obtiene a partir de conocer y comprender qué características inciden directamente en el aprendizaje de los estudiantes y cómo la escuela puede transformar las realidades de una comunidad.
Por otra parte, y para comprender la situación que este libro pretende transformar, es necesario abordar el fenómeno educativo como una crisis de la escuela como institución. En el país, actualmente, existe un sentimiento de profunda impotencia en cuanto a las esperanzas de cambio que la escuela
Puede hacer en el individuo, pero ese síntoma es simplemente un reflejo de lo que la sociedad vive en la actualidad. Esta situación se encuentra visible en distintas actitudes, especialmente en cuanto a la indiferencia en cuanto a la disciplina y el esfuerzo para el estudio, así como la formación constante, el interés por la lectura, el debate y la edificación literaria en general del individuo.
Éstas las podemos encontrar en las actitudes de los docentes hacia los estudiantes, de los directores hacia el profesorado, padres de familia y estudiantes. En fin, hay una debacle constante de insatisfacción y pesimismo social en cuanto al papel de la escuela, de su papel y de la motivación que puede
causar en cada uno de los miembros de la comunidad educativa.